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miércoles, 13 de noviembre de 2013

La infancia.

   Normalmente cuando me paro a pensar acerca de mi infancia, intento recordar que fue de mi cuando era un niño, yo se que aunque la infancia de cualquier niño no es un paseo de rosas, siempre acabamos por olvidar como de importante puede llegar a ser niño de verdad.

    A pesar de ver constantemente  niños jugueteando por la calle, cada vez este divino tesoro, la infancia, los niños, son mas ajenos a su propia realidad, y aunque se que eso es bueno para estar pendientes de aquellas cosas que se merecen vivir  en la tierna juventud, recuerdo que las etapas por las  que se pasaban a lo largo del periodo madurativo, estaban bien establecidas.

    De sobra se que hoy en día, los niños han perdido muchas cosas, entre algunas de ellas y que parece una estupidez, la época del pavo que hoy en día ha pasado a un tercer lugar y por lo menos en mi caso yo no me la hubiese perdido por nada del mundo.

    La cuestión es mas complicada, dado que desde mi particular punto de vista, he podido apreciar a lo largo de estos años, como  los niños que antes eran niños de verdad, ahora  juegan a ser hombres de mentira, algo preocupante, puesto que  en ese proceso madurativo precipitado y desnaturalizado, los niños dejan tras de si momentos inolvidables e irrepetibles que ayudan de una forma innata a fraguar la futura personalidad del hombre que ellos creen ser.



    

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